Cambio de sexo en Venezuela.
Monagas, pionera nacional en cirugía de reasignación de sexo. Una operación que se realizó el pasado viernes en Maturín
A sus doce años, quien desde ahora reseteará su identidad como Johana Batista Gamboa, siendo todavía un muchacho adolescente, sintió el “revolcón hormonal” de la edad, pero en su caso particular, el corazón latió hacia una persona de su mismo género.
“Me enamoré locamente de un militar. Fue mi primer gran amor. Nunca podré olvidarlo”, exclamó pausadamente y con un largo y suspirado dejo de nostalgia.
Tres años más tarde, en su natal Carúpano, al arribar a sus quince primaveras, tomó la primera gran decisión en cuanto a su definitiva imagen externa, y pese a los prejuicios que existían y aún se mantienen, sobre el cambio de género.
“Comencé a dejarme crecer el cabello bien largo y a vestirme de mujer, y al mismo tiempo, inicié el tratamiento de hormonas que me hicieron salir los senos y darle a mi cuerpo otros rasgos femeninos”, cuenta Johana sobre los primeros pasos para cambiar su anatomía varonil.
Por muchos soles y lunas indagó acerca de la operación que pondría punto final a su anhelada quimera. Sus personales pesquisas ponían lupa en fiestas, concursos y todo tipo de eventos en la numerosa comunidad transexual venezolana. Para su desasosiego existencial, todo lo investigado concluía en un par de crudas y nada conformes realidades.
Limitaciones en el país
“A los que se habían operado aquí en Venezuela sólo los castraban y les eliminaban el pene. Los que se operaban (como ahora lo hicieron conmigo) tenían que viajar hasta otros países en Latinoamérica. Y eso cuesta un platal. Y yo no tenía. Como peluquera uno no hace tanto dinero para darse ese lujo”, relató en la clínica en Maturín donde le realizaron la intervención quirúrgica.
Johana continúa su historia de cómo esperaba poder cumplir su sueño, y el país donde más se practicaban estas operaciones.
“Y ni siquiera podía soñar con una operación en Tailandia. Ese país es para nosotras lo que es Hollywood para una artista. Allá es lo máximo. Pero no me quejo para nada. Aquí mismo en Maturín encontré mi salvación”, dice Johana, tras culminar la operación que convierte a Monagas en pionera nacional en cirugía de reasignación de sexo.
En manos del urólogo
Alejandro González
Para la culminación de su dorado sueño de vida, Johana no lo pensó dos veces. Se puso en manos del afamado urólogo Alejandro González. Ella había revisado su aquilatada hoja de vida profesional: Fundador de los estudios de postgrados médicos en el estado. Miembro emérito de la Sociedad Venezolana de Urología. Pionero (a nivel nacional) en cirugías renales percutáneas y ureteroscópicas. Localmente, rompió el celofán con las cirugías protésicas para la disfunción eréctil. Y-ahora- se llena de gloria con la faena quirúrgica que le tomó casi cinco horas el pasado viernes, acompañado de un equipo de galenos que -junto a él- entró a la historia.
Se trata de los especialistas Nixon Lattines, Edgar Urrieta, Héctor Fernández, Héctor Jaramillo, Carlos Corso y Ramón Canelón, quienes junto con Hernández no sólo cumplieron el deseo de Johana, sino que además dieron el primer paso en la entidad en este tipo de cirugías.
“Pero no tengo que agradecerle nada más al doctor Alejandro González y a los doctores que lo ayudaron en la operación y no me cobraron. También al Centro de Especialidades Médicas. Al doctor Freddy Maza, que es su presidente. A las enfermeras. A las camareras. A toda la gente buena de esa clínica”, resalta Johana.
Mientras mostraba a una nube de enfermeras (que rodeaban su lecho) múltiples fotografías contenidas en su celular, que constatan su portentosa y escultural figura, una de ellas alzó su voz para una advertencia de rigor, al recordarle que en su primer encuentro sexual como toda una mujer debe tener cuidados especiales, porque será su primera vez.
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